martes, 30 de julio de 2013

LOS BENEFICIOS DE LOS GLUCOSINATOS EN LAS VERDURAS CRUCÍFERAS


Las verduras crucíferas provienen de las plantas de la familia Cruciferae o Brassicaceae. Ejemplos de estas verduras son el brocoli, las coles de bruselas, el repollo, la coliflor, la col rizada, los rábanos, los berros, etc. Al igual que otros vegetales, las crucíferas contienen un gran número de nutrientes y fito químicos con propiedades quimio-preventivas del cáncer, incluyendo folatos, fibras, carotenoides y clorofila. Sin embargo las verduras crucíferas poseen una propiedad que las hace únicas y especiales, son fuente de los glucosinolatos. El más importante de ellos es el Indol-3-Carbinol (I3C) un compuesto formado cuando las verduras se trituran o se cuecen. El I3C y otros   que glucosinolatos son antioxidantes y potentes estimuladores de las enzimas naturales desintoxicantes del organismo. Los estudios han demostrado que incrementar la ingesta de estas verduras o tomar I3C como suplemento dietético, incrementa considerablemente la conversión de estrógenos cancerígenos en productos de descomposición no-tóxicos. El cuerpo descompone estrógeno de varias maneras. Alguno se convierte en 16-alfa-hidroxiestrona, un compuesto que fomenta los tumores de mama. Otro método de descomposición produce 2-hidroxiestrona, que no estimula a las células de cáncer de mama.


Estudios  epidemiológicos indican que la exposición humana a los isotiocanatos e indoles a través del consumo de verduras crucíferas puede disminuir el riesgo de sufrir cáncer.
Uno de los retos en el estudio de las relaciones entre ingesta de verduras crucíferas y el riesgo de cáncer en los seres humanos es separar los beneficios de las dietas que son generalmente ricas en verduras de las que son específicamente ricas en verduras crucíferas. Se ha demostrado en diferentes estudios que existe una relación inversa entre ingesta de verduras crucíferas y el riesgo de sufrir cáncer. Asimismo otros estudios manifiestan la efectividad de esta relación con el consumo de estas verduras con la suplementación. En estos estudios se observan los tipos de cáncer con más resultados frente a las investigaciones; pulmón, colon, mama y próstata.

PULMÓN: Al evaluar estos efectos es importante recordar que el beneficio de aumentar el consumo de verduras crucíferas es pequeño en relación con el beneficio de dejar de fumar. En un estudio caso-control se encontró que las personas diagnosticadas de cáncer de pulmón tenia una ingesta significativamente inferior de verduras crucíferas que las personas sin cáncer. En la población finlandesa se observó un consumo de más de tres veces a la semana de estas verduras y se asoció con una reducción significativa en el riesgo de sufrir cáncer de pulmón.

COLON: Un ensayo clínico demostró que el consumo de 250 gr de brocoli y 250 gr de coles de bruselas, aumentó significativamente la excreción urinaria de un carcinógeno potencial en la carne demasiado hecha. Se llegó a la conclusión de que la ingesta elevada de verduras crucíferas podría disminuir el riesgo de sufrir cáncer de colon mediante la mejora en la eliminación de este cancerígeno.

MAMA: En un ensayo clínico se observó que al aumentar la ingesta de verduras crucíferas en mujeres postmenopaúsicas sanas durante cuatro semanas aumentó la excreción urinaria de una hormona endógena
altamente estrogénica, la cual se sabe que estimula la proliferación de células sensibles a los estrógenos de cáncer de mama en cultivo. Lo que sugiere que el alto consumo de verduras crucíferas puede cambiar el metabolismo de los estrógenos.

PRÓSTATA: Los productos de hidrólisis de los glucosinolatos inhiben el crecimiento y promueven la apoptosis de las células del cáncer de próstata. Los estudios encontraron que un cierto grado de consumo de verduras crucíferas fue menor en los hombres diagnosticados de cáncer de próstata que en los hombres sin cáncer.
En otro estudio  evaluó la pre valencia de cáncer de próstata entre la ingesta dietetica de glucosinatos










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