PROTECCIÓN ANTE EL CALOR EXCESIVO
En España, la mayoría de las personas estamos
acostumbradas a sufrir los efectos del excesivo calor, a diferencia de otros
países en que las horas de sol son pocas
y las temperaturas no sobrepasan habitualmente los 35º.
De todas formas, es necesario tener en cuenta algunas
recomendaciones para combatir una eventual ola de calor, con especial atención
cuando se trata de niños
o personas mayores y aún más en el caso de mayores
con demencia, que no pueden comunicar normalmente al
cuidador sus sensaciones físicas.
La población con más riesgo
de sufrir los efectos negativos de una ola de calor son:
• Mayores de 65 años y menores de 5 años.
• Personas con sobrepeso.
• Personas con enfermedades crónicas.
• Personas polimedicadas.
• Personas para
las que la realización de ejercicio físico supone un especial esfuerzo.
Consejos a tener en cuenta:
• Usar ropa ligera y de color claro. Calzado
cómodo y que permita la transpiración.
•
Mantener las medicinas en lugar fresco. El calor puede alterar su composición y
efecto.
•
Evitar hacer ejercicio físico en las horas de más calor.
•
Refrescarse cada vez que se necesite.
•
Recordar a los ancianos que tienen que beber, agua u otros líquidos, aunque no
sientan sed.
•
Tomar alimentos ricos en agua, como hortalizas frescas y frutas.
•
Bajar las persianas y cerrar las ventanas durante el día, abriéndolas cuando
cae el sol.
• Situarse en la habitación más fresca de la
casa.
• En
la calle, situarse a la sombre y en lugares frescos o climatizados.
•
Evitar la exposición directa al sol en las horas centrales del día.
• Utilizar sombreros y gafas de sol.
•
Utilizar productos de protección solar con alto factor de protección.
Posibles efectos perjudiciales
del calor:
• Agotamiento.
•
Mareos.
•
Náuseas.
•
Cansancio.
•
Calambres.
•
Sudor intenso.
•
Palidez.
Síntomas del llamado golpe de calor :
•
Temperatura alta, por encima de los 39º.
•
Dolor de cabeza.
•
Piel roja, caliente y sin sudor.
•
Confusión, pudiendo llegar a la inconsciencia.
Síntomas de deshidratación:
En
personas mayores, estos síntomas pueden ser inespecíficos y presentarse
tardíamente.
Los más frecuentes son:
·
Sensación
de sed.
•
Sequedad de las mucosas.
•
Sequedad de la piel.
•
Disminución de la cantidad de orina.
•
Estreñimiento.
Y, en casos más graves:
•
Pérdida brusca de peso.
•
Orina oscura y concentrada.
•
Somnolencia.
•
Cefalea.
•
Síndrome confusional.
•
Fatiga extrema.
Qué hacer ante estas situaciones:
•
Llamar al servicio médico de urgencias 112.
•
Colocar a la persona a la sombra si está al sol.
•
Enfriar el cuerpo mojándolo con agua
fresca y abanicándolo.
• Darle a beber líquidos muy lentamente y nunca
ofrecerlos si la persona está inconsciente.
Recomendaciones generales
de hidratación en las personas mayores:
• Consumir diariamente un mínimo de 2 litros de
líquido, fundamentalmente agua y otras bebidas, así como alimentos con alto porcentaje
en agua.
• En situación de excesivo calor, se debe subir
la ingesta a 3 litros diarios.
• La ingesta deberá ser gradual, mayor por la mañana
y hasta media tarde, para disminuir la frecuencia de micciones nocturnas.
• Es aconsejable ingerir uno o dos vasos de agua
al levantarse, pues produce un efecto peristáltico y evita el estreñimiento.
·
En
cada comida principal se deberá tomar un vaso de agua, ya que facilita la
ingestión de sólidos. Se deben evitar cantidades superiores pues producen saciedad
por el llenado gástrico. El resto de líquidos se repartirán entre comidas.
•
La procedencia de los líquidos debe ser variada:
agua,
zumos naturales, infusiones, refrescos, bebidas con sales minerales, etc. Los
sabores variados favorecen el deseo de líquidos.
• Sólo se restringirá la ingesta o algún tipo
de líquidos por indicación médica. Consultar con su médico si presenta insuficiencia
cardíaca, renal o hepática, etc.
• La temperatura de los líquidos debe estar
entre 11 y 14 grados.
• La
utilización de ciertos medicamentos (diuréticos, laxantes y otros) de forma
habitual, puede afectar al estado de hidratación de la persona. Consulte a su
médico.
• Las bebidas alcohólicas no son adecuadas para
evitar la deshidratación e incluso pueden provocarla.
• Si existen problemas de deglución (disfagia),
deberá garantizarse una adecuada hidratación por medio de espesantes, agua
gelificada o gelatinas, de forma que se obtenga una densidad homogénea
(triturados, etc.), evitando los alimentos con diferentes densidades, como por
ejemplo sopa con fideos.
Fuente:
·
Ayuntamiento
de Madrid. Área de Gobierno de Familía y servicios sociales.
·
Sociedad
española de Geriatría
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